viernes, 10 de febrero de 2012

LA SUMISIÓN DE LOS SINDICATOS

LA SUMISIÓN DE LOS SINDICATOS
Hace unas semanas éramos informados, con gran jovialidad, del nuevo pacto que habían alcanzado los sindicatos UGT y CCOO y la patronal CEOE. Por como nos informaban, parecía que este suceso tendría que ser un motivo de alegría para todos los españoles, empresarios o trabajadores, da igual. Sin embargo, y lo digo con sinceridad. No se de que tenemos que alegrarnos lo trabajadores, pues si he entendido bien el pacto significa la casi total congelación de los sueldos durante tres años: los salarios subirán por debajo de la inflación.
A primera vista podría parecer que todos han cedido de igual modo pues, en un principio las presunciones de sindicatos y patronal eran, la no congelación de salarios y, la congelación de los mismos, respectivamente. Sin embargo, si analizamos más pormenorizadamente la situación yo no estaría tan seguro de la igualdad de ambas partes en el sacrificio: las familias trabajadoras se verán una poco más apretadas para llegar a fin de mes, mientras que los empresarios reducirán minimamente sus beneficios y, no sé,quizás tendrán que comer menos caviar los años siguientes. Aunque esto último, no es del todo cierto si tenemos en cuenta que si los sindicatos no se hubieran arrodillado una vez más ante los intereses de los empresarios, los salarios tendrían que haber seguido subiendo en función de la inflación,Por tanto, los empresarios no reducirán sus beneficios sino que más bien lo aumentarán.
Los líderes de los sindicatos, esa entrañable parejita que forman Méndez y Toxo, declaraban con cara de circunstancia, debilidad e inocencia, como si no hubieran tenido otra opción,que todos tenemos que hacer un esfuerzo en esta situación especial de crisis en la que nos encontramos, ya seamos trabajadores (y en este caso ellos hablan en primera persona como si fueran trabajadores) como empresarios. Sin embargo, se les olvida que ellos (Toxo y Méndez) no son trabajadores, dejaron de serlo hace mucho tiempo,y que las consecuencias de los pactos a los que ellos lleguen con la patronal recaen sobre los verdaderos trabajadores de esta país. Pero claro, seamos coherentes, a ninguno de los miembros de esta dúo les afectará este auténtico recorte salarial, al fin y al cabo ellos no trabajan para ningún empresario (al menos oficialmente pues, en realidad parecen esbirros de la CEOE). Toxo y Méndez, como líderes de las dos principales centrales sindicales, administrarán sus propios sueldos a partir de las generosas subvenciones que los sindicatos reciben del Estado.
Además, en la rueda de prensa que dieron los líderes sindicales junto con el líder de la CEOE, para informar a los ciudadanos de la buena noticia, Toxo y Méndez, pedían al gobierno que no llevara a cabo ningún tipo de reforma laboral como tenía previsto, pues a la luz de los nuevos acontecimientos ya no era necesaria tal reforma. Por su parte, a su lado, Rosell callaba, para el obviamente si era necesaria una reforma laboral y, más si esa reforma la va a hacer el PP y sabes de antemano que te va a ser favorable. Quizás, podríamos pensar, los sindicatos hayan llevado a cabo este pacto con el fin de que el Gobierno se contentara y no llevara a cabo una reforma que, seguro, supondrá una regresión absoluta en los derechos de los trabajadores, ya bastante menguados de por sí. Aún así, no creo que lo hayan hecho por estos motivos, seguro que hay otros intereses de por medio como el de contentar al Gobierno con el fin de que este último no reduzca muy drasticamente las partidas dedicadas a los sindicatos y, ¿quién sabe?, quizás caiga algún maletín extraoficial. Pero si verdaderamente lo han hecho con esa intención (la de evitar la reforma), han pecado de total ingenuidad, inocencia e idiotez. Supongo que mientras Toxo y Méndez pedía con caritas de carnero degollado que, por favor, no se llevase a cabo la reforma laboral, Rosell se aguantaba las carcajadas y, Rajoy lloraría de la risa en la Moncloa, pues, al fin y al cabo, los sindicatos ya le habían hecho una parte del trabajo sucio.
A pesar de todo esto, estoy seguro de que esto no ha pillado ha nadie por sorpresa. No es la primera vez (ni será la última) que los sindicatos se bajan los pantalones ante los intereses de la CEOE. Tanto es así que, más bien podríamos decir que ya ni tan siquiera se molestan en subírselos. Por tanto, no es la sumisión de los sindicatos lo que más me indigna, sino la extremada hipocresía que muestran y, sobretodo, sus líderes. De Cándido Méndez y UGT no hay nada que decir, hace ya mucho tiempo que esta claro que esta sindicato es una simple mascota más del PSOE, por tanto podemos achacarle el mismo grado de hipocresía que al partido del que es esbirro.
Sin embargo, de CCOO y Toxo hay mucho que decir. Me avergüenza en que se ha convertido el último sindicato revolucionario y de clase de este país, el último sindicato comunista, el único sindicato capaz de parar reformas e, incluso, de plantar cara a una dictadura. En los últimos años CCOO se ha convertido en un sindicato más del sistema (y esbirro del PSOE, como UGT). La expulsión (sí, expulsión) de Camacho del sindicato, por parte de una camarilla de revisionistas que pensaron que las ideas comunistas y revolucionarias de Marcelino se habían quedado demasiado anticuadas y rancias para la nueva época capitalista, la era del diálogo social, la era del mal llamado “Estado del Bienestar”... Cuando Marcelino Camacho fue expulsado, no solo el sindicato quedó huérfano, también terminó el sindicalismo de clase en nuestro país, y el sindicato se vio abocado a una espiral y una deriva plagadas de pasos atrás, sumisiones y (perdonad mi insistencia) continuas bajadas de pantalones.
Y, lo peor de todo esto es que quizás, CCOO (o UGT) se sigan creyendo con credibilidad y crédito para estar presentes en homenajes como el que se le hizo a Camacho cuando esta murió, o el homenaje que se le hace cada año a los abogados de Atocha, o en la fiesta del PCE... Yo personalmente me estremecí, me revolví en mi asiento, cuando hace aproximadamente un año y medio vi, perplejo, como Ignacio Fernández Toxo y otros dirigentes de CCOO levantaban el puño y cantaban la Internacional. Es increíble lo camaleónicos que son estos sindicatos de hoy día, que para firmar pactos con la CEOE y el Gobierno se visten de traje y corbata y, para ir a Rodiezmo, se ponen camisa y vaqueros. Son obreros cuando les interesa y aristócratas el resto del tiempo.
Tan increíble como la hipocresía de los sindicatos, es también la incoherencia de algunos grupos tradicionalmente afines a ellos. ¿Por qué un partido como IU sigue manteniendo relaciones con estos dos sindicatos?¿Por qué el PCE sigue teniendo como referente sindical a CCOO? En fin, incoherencias que lo único que hacen es resta credibilidad a la ya de por sí débil izquierda española (me vais a permitir que no considere al PSOE como una partido de izquierdas).
En CCOO sigue habiendo personas de izquierda, comunistas, fieles al sindicalismo revolucionario y de clase; descontentos con las decisiones que continuamente toma la dirección de si sindicato. Sin embargo, desengañémonos, estos sindicalistas con principios nunca llegaran a hacerse con los mandos del sindicato, permitiendo así, una reorganización total y completa del sindicato reorientándolo hacia sus ideales de origen. Ya se encargarán algunos de que esto nunca ocurra.
Por mi parte yo lo tengo claro, me desligo y me desentiendo total y absolutamente de estos sindicatos de pacotilla así como de sus decisiones. A mí, como persona de izquierdas que soy, o al menos me considero, no me representan y, creo, que tampoco deberían recibir el apoyo de ninguna persona o institución de izquierdas que sea consecuente con sus ideas. Estos sindicatos están totalmente empapados de la mugre del sistema. Son los sindicatos que, por ejemplo, en un alarde de extrema ignorancia apoyaban hace unos meses el ataque imperialista a Libia, o los sindicatos a los que les tenemos que agradecer el que hoy (y en el futuro) sea casi imposible conseguir una pensión decente en este país, son los sindicatos que no tienen lo que hay que tener para convocar una huelga general y, cuando lo hacen, la convocan tarde y mal.
Lo vuelvo a repetir: por esto, y mucho más, me desentiendo totalmente de estos patéticos sindicatos.
¡¡¡COMISIONES Y UGT, AMIGAS DE LA CEOE!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario