miércoles, 3 de octubre de 2012

LA INDIGNACIÓN O EL PODER DE OBECEDER


 LA INDIGNACIÓN O EL PODER DE OBECEDER
    

Resumen: Se trata de realizar una crítica a la expresión popular en respuesta a la crisis económica global, canalizada a través de la «indignación» y la responsabilidad del ciudadano respecto a ella amén de los bancos o políticos.   
 Palabras Clave: Indignación, crisis, responsabilidad.


El poeta en lengua alemana y víctima del nazismo Paul Celan escribe en unos versos que, tras Auschwitz, la poesía era como «hablar a los callejones sin salida» (mit dem Sackgassen sprechen).1 Por las mismas fechas del siglo XX, el filósofo alemán Theodor Adorno llegó a decir que tras Auschwitz ya no era posible seguir escribiendo poesía.
Y sin embargo, Celan lo hizo. Lo hizo hablando a esos callejones, lanzando una botella al mar en espera de ser recogida y recogiendo él mismo en el poema los restos del naufragio en que el terrible siglo había desembocado.
En «El tercer hombre», el escritor Graham Greene viene a decir por boca de su principal personaje, Harry Lime (interpretado en la adaptación para la pantalla por un espléndido Orson Welles) que en lugares tan dichosos y estáticos como Suiza, lo único que ha merecido la pena destacar durante siglos ha sido el reloj de cuco.2 ¿De qué sirve la palabra cuando comes perdices, si es entonces cuando toda historia ya ha terminado? Que estos tiempos difíciles valgan para poder recuperar el aliento de la verdadera palabra; la necesidad de «decir». Por ello, la libertad de poder decir es lo que, paradójicamente, menos fuerza otorga a lo dicho. Cuando todo vale o puede valer, nada resulta verdaderamente valioso.
Pero además, a lo largo de la historia se nos ha mostrado que esa libertad desemboca mayoritariamente en una mera repetición de consignas, en una pereza crítica bajo el yugo del confort. La pérdida de lo que Marx denominaba «conciencia de clase» acaso comenzaría primariamente por eso: la dictadura formal de la libertad.
En estos tiempos de crisis, hemos podido observar como de nuevo Marx continúa vigente. Las condiciones materiales se encuentran en la base de toda estructura social e ideología moral, cultural o religiosa. Todos sabemos que lo que estamos viviendo no solo es una crisis financiera.
Y sin embargo, la proclama a seguir es ahora la de culpabilizar a los bancos o a los políticos. La «indignación» ha sido el concepto por el que canalizar la rabiosa impotencia ante un sistema que está desmoronando la vida cotidiana de millones de individuos alrededor del Globo. Y sin embargo, antes de ello, muchos de esos millones han constituido ese mismo sistema, sacralizándolo como el único posible, votando a sus legitimadores y dejándose financiar por los banqueros para lograr ese preciado confort.
Considerar una constitución, un sistema económico o la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos como algo inmóvil, intocable o sagrado es obedecer a una doctrina. Es la propia historia, (el «tribunal de la ordenación del tiempo» lo llamó Anaximadro en la primera sentencia escrita de la filosofía) la que sitúa los sistemas, o normas morales en su quicio. También Hitler quiso cambiar el mundo. También él era un «indignado» que, no obstante, recibió casi el 90 % de votos en unas elecciones libres. Por ello, la libertad de obedecer también implica responsabilidades. Acaso la de indignarse, primeramente y antes de lanzar el grito público, con uno mismo. ¿A quién responsabilizar entonces por la existencia de los campos? Se pregunta el director Allain Resnais en Noche y Niebla (Nuit et Brouillard, 1952) -uno de los mejores documentales sobre los Lager- ¿únicamente a Hitler y a sus adláteres? ¿Acaso no fueron los mismos que insultaban y escupían a Jesucristo los que tres días antes, durante el Domingo de Ramos, le saludaban como al Mesías? ¿Quién es , así pues, el responsable?, se pregunta Resnais.
Por ello, el concepto de «pueblo» tantas veces mentado resulta por momentos oscuro y sin contenido, tan apropiado para el fascismo, como para la izquierda o la Revolución Francesa. Asimismo, y si debemos entender la idea de la sociedad civil como el garante de la soberanía nacional en cualquier estado democrático, de poco valdría la legitimación del pueblo frente a un enemigo muy real y canalla, pero también inventado por el pueblo mismo: el político o el banquero.
Por supuesto que no se trata de vindicar a todos esos verdaderos beneficiarios del sistema, sino de situar su realidad en sus legítimos y libres legitimadores: nosotros. Los mismos que hemos obedecido. Y en democracia también la obediencia es un acto libre. O para decirlo al modo de los superhéroes: «un poder que conlleva una gran responsabilidad». Un «pueblo» educado en la libertad de voto, de opinión… etc. debe estar educado en la responsabilidad misma que cada cambio de canal, cada voto o cada opinión implican en la comunidad misma política o moral. Se trata de ser libres, pero antes que eso, de saber serlo. ¿Acaso es el perro libre de ladrar cuando le quitan la comida? ¿O lo era más cuando, en teniendo ésta bien acoyuntada, no se preocupó por él mismo de mantenerla pese a las promesas de amor eterno del dueño que ahora lo abandona?
Que esta nuestra indignación no resulte, con el paso del tiempo, un mero ladrido rebelde y sin contenido, emitido únicamente por la falta de pitanza. Que sea libre, responsable, futura. Y sobre todo, que sea.

José Antonio Santiago Sánchez. (Madrid, 1976)
Doctor en Filosofía Universidad Complutense (Madrid)
Catedrático de Filosofía en el IES Loustau-Valverde. (Cáceres)
1 Paui Celan. Obras Completas . Traducción de José Luis Reina Palazón. Madrid: Trotta, 199, p. 364
2 Graham Greene: El Tercer Hombre. Madrid: Punto de Lectura, 2008, 177.

En esta ocasión os he dejado un texto de mi profesor de Filosofía. Espero que os haya gustado o que al menos os haya hecho, y os haga (que no quede aquí la cosa), reflexionar.

jueves, 30 de agosto de 2012

EL MODERADO GALLARDÓN

EL MODERADO GALLARDÓN

Antes de que comenzasen los recortes,las subidas de impuestos, las involuciones laborales, etc; antes de que los viernes se convirtieran en sinónimo de malas noticias, cuando las mujeres aún podían decidir sobre su embarazo o los inmigrantes recibir atención médica sin ser discriminados; en definitiva, antes de que el Partido Popular ganase las elecciones allá por noviembre del pasado año (que no piensen por esto los señores del PSOE que nos olvidamos de los recortes que llevan su sello) y antes de que el personaje al que en este artículo voy a hacer referencia entrase a formar parte del nuevo y actual Gobierno; antes de todo eso, se solía escuchar dentro del panorama político una cantinela, repetida una y otra vez, que ahora, a demostrado no ser más que eso, una absurda cantinela, palabras huecas, que algunos repetían, al parecer, de forma instintiva, casi irracional, sin pararse a pensar ni tan siquiera un minuto si aquello que repetían cansinamente tenía algo de sentido. Me refiero por supuesto a la parafraseada consigna de que el Sr.Ruiz-Gallardón, el anterior alcalde de Madrid, era un hombre moderado, refiriendose a él con el edulcorado calificativo de “centrista”. Algunos, incluso se atrevían a referirse a él como una persona de izquierdas, una suerte de espía “socialista” en las filas del PP (suponiendo ,claro está, que el PSOE fuera de izquierdas).

No se realmente cual fue el cúmulo de acontecimientos, declaraciones, sucesos; que a lo largo de tantos años llevaron a forjar esta imagen del político, creada sin duda por un equivocado proceso mental elaborado por algún analista político de pacotilla. No obstante, el hecho de aparecer continuamente rodeado de personajes como Esperanza Aguirre, Ana Botella o José María Aznar, que harían parecer moderado al mismísimo caudillo, con sus polémicas declaraciones, haya contribuido a la gestación de este mito que durante años envolvió a Ruiz-Gallardón, bastante más discreto que muchos de sus compañeros de partido. O al menos así era hasta hace unos meses, sin embargo, está claro que los meses de Gobierno “popular” han supuesto cambios en muchos aspectos. En lo que respecta al señor Gallardón a algunos ilusos se les habrá caído el mito mientras que a otros simplemente se nos ha confirmado lo que ya pensábamos: que el señor Gallardón era un hombre de derechas como todos en su partido y, que ni mucho menos se encontraba en el partido equivocado.Ya lo dijo su padre, José María Ruiz Gallardón "¿conservador yo?, tendrías que conocer a mi hijo Alberto, ése sí que es de derechas".

En fin, fue ocupar el cargo de ministro de Justicia y empezar a aflojarsele la careta que hasta entonces parecía esconder para algunos sus verdaderas inclinaciones políticas. Comenzaron entonces los memorables discursos y declaraciones que nos hacían prever lo que estaba por venir. Desde un principio anunció su propósito de cambiar la Ley del Aborto para regresar al modelo de 1985[1], cuando las mujeres tenían que justificar sobradamente el por qué del aborto; más tarde en una entrevista concedida al diario La Razón nos enterábamos de que la malformación del feto ya no sería un supuesto para abortar[2]; podríamos añadir la perla populista de la “prisión permanente revisable” que vino a ser “un quiero y no puedo”[3]; etc.

Por el camino el señor Gallardón iba dejando, de vez en cuando, algunas valiosas actuaciones, como aquella intervención en el Congreso de los Diputados en la que sostenía que existe una violencia estructural hacía las mujeres que de algún modo las empuja a abortar[4]. Bravo, señor Ruiz-Gallardón, por palabras como esas será usted recordado junto a los grandes oradores de la Historia. Cierto, admitamos por un momento que existe una violencia en el entorno de la mujer, una “violencia estructural”, como usted la llama; pero claro, parece ser que para ustedes es mucho mejor (y más fácil) recortar el derecho al aborto antes que atacar esta “violencia estructural” de forma directa intentando ayudar y amparar a estas madres en situaciones difíciles de la mejor manera posibles creando los mecanismos necesarios para ello. Reconozca al menos que no es más que un absurdo argumento para defender una postura ideológica. Además, la aceptación de este argumento no implicaría necesariamente el caer en el error de la generalización, pues muchas mujeres abortan de forma totalmente libre, le pese a quien le pese.

Poco más tarde volvía usted a colocar una guinda más en el pastel al decir una estupidez tal como la de que es la maternidad la que hace de las mujeres auténticas mujeres[5]. En fin, sobran las palabras, tan solo avisar a este personaje de que una corbata demasiado apretada puede interrumpir el flujo sanguíneo impidiendo el correcto riego del cerebro.

Pero sin embargo, lo que para mi a supuesto el colofón a su trayectoria durante estos ocho meses, lo que sin duda le ha catapultado hacía los confines de la derecha en lo que al espectro político se refiere, ha sido sin duda su decisión de renovar el título de marqués al nieto del general Queipo del Llano, a quien le fuera concedido por el mismo Franco[6]. Una vergüenza. No se si Ruiz-Gallardón lo habrá hecho por simpatía ideológica o por ignorancia. En cualquiera de los dos supuestos sería preocupante.

En definitiva, no creo que después de esto nadie vuelva a asegurar que el señor Ruiz-Gallardón es muy moderado. Ningún medio tiene derecho a edulcorar la realidad faltando a la verdad, hemos de llamar a las cosas por su nombre: Ruiz-Gallardón es un hombre de DERECHAS dentro de un partido de DERECHAS (que no de centro-derecha), que es donde le corresponde estar, del mismo modo que, en honor a la verdad nadie puede decir, sin mentir, que el PSOE es un partido de izquierdas o que los antisistemas seamos agresivos y peligrosos. Llamemos a las cosas por su nombre, es lo mínimo que podemos hacer.

José Ángel Gordillo González
[1]http://www.rtve.es/noticias/20120125/gobierno-modificara-ley-del-aborto-para-introducir-consentimiento-paterno/492521.shtml
[2]http://www.rtve.es/noticias/20120722/malformacion-del-feto-no-sera-ya-supuesto-para-abortar-segun-gallardon/549367.shtml
[3]http://www.rtve.es/noticias/20120417/gallardon-anuncia-prision-permanente-revisable-sera-solo-para-terrorismo/516676.shtml
[4]http://politica.elpais.com/politica/2012/03/07/actualidad/1331109997_755805.html
[5]http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/27/actualidad/1332870291_231347.html
[6]http://politica.elpais.com/politica/2012/07/31/actualidad/1343752143_966342.html

viernes, 23 de marzo de 2012

CAMPESINO DE ESPAÑA

CAMPESINO DE ESPAÑA

Traspasada por junio,
por España y la sangre,
se levanta mi lengua
con clamor a llamarte.

Campesino que mueres,
campesino que yaces
en la tierra que siente
no tragar alemanes,
no morder italianos:
español que te abates
con la nuca marcada
por un yugo infamante,
que traicionas al pueblo
defensor de los panes:
campesino, despierta,
español, que no es tarde.

Calabozos y hierros,
calabozos y cárceles,
desventuras, presidios,
atropellos y hambres,
eso estás defendiendo,
no otra cosa más grande.

Perdición de tus hijos,
maldición de tus padres,
que doblegas tus huesos
al verdugo sangrante,
que deshonras tu trigo,
que tu tierra deshaces,
campesino, despierta,
español, que no es tarde.

Retroceden al hoyo
que se cierra y se abre,
por la fuerza del pueblo
forjador de verdades,
escuadrones del crimen,
corazones brutales,
dictadores del polvo,
soberanos voraces.

Con la prisa del fuego,
en un mágico avance,
un ejército férreo
que cosecha gigantes
los arrastra hasta el polvo,
hasta el polvo los barre.

No hay quien sitie la vida,
no hay quien cerque la sangre
cuando empuña sus alas
y las clava en el aire.

La alegría y la fuerza
de estos músculos parte
como un hondo y sonoro
manantial de volcanes.

Vencedores seremos,
porque somos titanes
sonriendo a las balas
y gritando: ¡Adelante!
La salud de los trigos
sólo aquí huele y arde.

De la muerte y la muerte
sois: de nadie y de nadie.
De la vida nosotros,
del sabor de los árboles.

Victoriosos saldremos
de las fúnebres fauces,
remontándonos libres
sobre tantos plumajes,
dominantes las frentes,
el mirar dominante,
y vosotros vencidos
como aquellos cadáveres.

Campesino, despierta,
español, que no es tarde.
A este lado de España
esperamos que pases:
que tu tierra y tu cuerpo
la invasión no se trague.

ACEITUNEROS

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa de sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de las lomas.


viernes, 9 de marzo de 2012

LA CONTRARREFORMA LABORAL

LA CONTRARREFORMA LABORAL

Os dejo un video en que queda muy bien explicado el verdadero carácter de la reforma laboral elaborada por el PP y aprobada esta semana por el Congreso. Si, esa reforma que dicen que no destruirá empleo, que no abaratará el despido ni precarizará las condiciones laborales. En el vídeo se explican muy bien algunos conceptos muy utilizados últimamente como es el de "FLEXIBILIDAD".

http://www.youtube.com/watch?v=hBUQRbG-8oA

Por otra parte esta reforma es tan agresiva que se merecía la inmediata convocatoria de una huelga general por parte de los sindicatos y no el compendio de vacilaciones que se han dedicado ha llevar a cabo las dos grandes centrales sindicales.


viernes, 10 de febrero de 2012

LA SUMISIÓN DE LOS SINDICATOS

LA SUMISIÓN DE LOS SINDICATOS
Hace unas semanas éramos informados, con gran jovialidad, del nuevo pacto que habían alcanzado los sindicatos UGT y CCOO y la patronal CEOE. Por como nos informaban, parecía que este suceso tendría que ser un motivo de alegría para todos los españoles, empresarios o trabajadores, da igual. Sin embargo, y lo digo con sinceridad. No se de que tenemos que alegrarnos lo trabajadores, pues si he entendido bien el pacto significa la casi total congelación de los sueldos durante tres años: los salarios subirán por debajo de la inflación.
A primera vista podría parecer que todos han cedido de igual modo pues, en un principio las presunciones de sindicatos y patronal eran, la no congelación de salarios y, la congelación de los mismos, respectivamente. Sin embargo, si analizamos más pormenorizadamente la situación yo no estaría tan seguro de la igualdad de ambas partes en el sacrificio: las familias trabajadoras se verán una poco más apretadas para llegar a fin de mes, mientras que los empresarios reducirán minimamente sus beneficios y, no sé,quizás tendrán que comer menos caviar los años siguientes. Aunque esto último, no es del todo cierto si tenemos en cuenta que si los sindicatos no se hubieran arrodillado una vez más ante los intereses de los empresarios, los salarios tendrían que haber seguido subiendo en función de la inflación,Por tanto, los empresarios no reducirán sus beneficios sino que más bien lo aumentarán.
Los líderes de los sindicatos, esa entrañable parejita que forman Méndez y Toxo, declaraban con cara de circunstancia, debilidad e inocencia, como si no hubieran tenido otra opción,que todos tenemos que hacer un esfuerzo en esta situación especial de crisis en la que nos encontramos, ya seamos trabajadores (y en este caso ellos hablan en primera persona como si fueran trabajadores) como empresarios. Sin embargo, se les olvida que ellos (Toxo y Méndez) no son trabajadores, dejaron de serlo hace mucho tiempo,y que las consecuencias de los pactos a los que ellos lleguen con la patronal recaen sobre los verdaderos trabajadores de esta país. Pero claro, seamos coherentes, a ninguno de los miembros de esta dúo les afectará este auténtico recorte salarial, al fin y al cabo ellos no trabajan para ningún empresario (al menos oficialmente pues, en realidad parecen esbirros de la CEOE). Toxo y Méndez, como líderes de las dos principales centrales sindicales, administrarán sus propios sueldos a partir de las generosas subvenciones que los sindicatos reciben del Estado.
Además, en la rueda de prensa que dieron los líderes sindicales junto con el líder de la CEOE, para informar a los ciudadanos de la buena noticia, Toxo y Méndez, pedían al gobierno que no llevara a cabo ningún tipo de reforma laboral como tenía previsto, pues a la luz de los nuevos acontecimientos ya no era necesaria tal reforma. Por su parte, a su lado, Rosell callaba, para el obviamente si era necesaria una reforma laboral y, más si esa reforma la va a hacer el PP y sabes de antemano que te va a ser favorable. Quizás, podríamos pensar, los sindicatos hayan llevado a cabo este pacto con el fin de que el Gobierno se contentara y no llevara a cabo una reforma que, seguro, supondrá una regresión absoluta en los derechos de los trabajadores, ya bastante menguados de por sí. Aún así, no creo que lo hayan hecho por estos motivos, seguro que hay otros intereses de por medio como el de contentar al Gobierno con el fin de que este último no reduzca muy drasticamente las partidas dedicadas a los sindicatos y, ¿quién sabe?, quizás caiga algún maletín extraoficial. Pero si verdaderamente lo han hecho con esa intención (la de evitar la reforma), han pecado de total ingenuidad, inocencia e idiotez. Supongo que mientras Toxo y Méndez pedía con caritas de carnero degollado que, por favor, no se llevase a cabo la reforma laboral, Rosell se aguantaba las carcajadas y, Rajoy lloraría de la risa en la Moncloa, pues, al fin y al cabo, los sindicatos ya le habían hecho una parte del trabajo sucio.
A pesar de todo esto, estoy seguro de que esto no ha pillado ha nadie por sorpresa. No es la primera vez (ni será la última) que los sindicatos se bajan los pantalones ante los intereses de la CEOE. Tanto es así que, más bien podríamos decir que ya ni tan siquiera se molestan en subírselos. Por tanto, no es la sumisión de los sindicatos lo que más me indigna, sino la extremada hipocresía que muestran y, sobretodo, sus líderes. De Cándido Méndez y UGT no hay nada que decir, hace ya mucho tiempo que esta claro que esta sindicato es una simple mascota más del PSOE, por tanto podemos achacarle el mismo grado de hipocresía que al partido del que es esbirro.
Sin embargo, de CCOO y Toxo hay mucho que decir. Me avergüenza en que se ha convertido el último sindicato revolucionario y de clase de este país, el último sindicato comunista, el único sindicato capaz de parar reformas e, incluso, de plantar cara a una dictadura. En los últimos años CCOO se ha convertido en un sindicato más del sistema (y esbirro del PSOE, como UGT). La expulsión (sí, expulsión) de Camacho del sindicato, por parte de una camarilla de revisionistas que pensaron que las ideas comunistas y revolucionarias de Marcelino se habían quedado demasiado anticuadas y rancias para la nueva época capitalista, la era del diálogo social, la era del mal llamado “Estado del Bienestar”... Cuando Marcelino Camacho fue expulsado, no solo el sindicato quedó huérfano, también terminó el sindicalismo de clase en nuestro país, y el sindicato se vio abocado a una espiral y una deriva plagadas de pasos atrás, sumisiones y (perdonad mi insistencia) continuas bajadas de pantalones.
Y, lo peor de todo esto es que quizás, CCOO (o UGT) se sigan creyendo con credibilidad y crédito para estar presentes en homenajes como el que se le hizo a Camacho cuando esta murió, o el homenaje que se le hace cada año a los abogados de Atocha, o en la fiesta del PCE... Yo personalmente me estremecí, me revolví en mi asiento, cuando hace aproximadamente un año y medio vi, perplejo, como Ignacio Fernández Toxo y otros dirigentes de CCOO levantaban el puño y cantaban la Internacional. Es increíble lo camaleónicos que son estos sindicatos de hoy día, que para firmar pactos con la CEOE y el Gobierno se visten de traje y corbata y, para ir a Rodiezmo, se ponen camisa y vaqueros. Son obreros cuando les interesa y aristócratas el resto del tiempo.
Tan increíble como la hipocresía de los sindicatos, es también la incoherencia de algunos grupos tradicionalmente afines a ellos. ¿Por qué un partido como IU sigue manteniendo relaciones con estos dos sindicatos?¿Por qué el PCE sigue teniendo como referente sindical a CCOO? En fin, incoherencias que lo único que hacen es resta credibilidad a la ya de por sí débil izquierda española (me vais a permitir que no considere al PSOE como una partido de izquierdas).
En CCOO sigue habiendo personas de izquierda, comunistas, fieles al sindicalismo revolucionario y de clase; descontentos con las decisiones que continuamente toma la dirección de si sindicato. Sin embargo, desengañémonos, estos sindicalistas con principios nunca llegaran a hacerse con los mandos del sindicato, permitiendo así, una reorganización total y completa del sindicato reorientándolo hacia sus ideales de origen. Ya se encargarán algunos de que esto nunca ocurra.
Por mi parte yo lo tengo claro, me desligo y me desentiendo total y absolutamente de estos sindicatos de pacotilla así como de sus decisiones. A mí, como persona de izquierdas que soy, o al menos me considero, no me representan y, creo, que tampoco deberían recibir el apoyo de ninguna persona o institución de izquierdas que sea consecuente con sus ideas. Estos sindicatos están totalmente empapados de la mugre del sistema. Son los sindicatos que, por ejemplo, en un alarde de extrema ignorancia apoyaban hace unos meses el ataque imperialista a Libia, o los sindicatos a los que les tenemos que agradecer el que hoy (y en el futuro) sea casi imposible conseguir una pensión decente en este país, son los sindicatos que no tienen lo que hay que tener para convocar una huelga general y, cuando lo hacen, la convocan tarde y mal.
Lo vuelvo a repetir: por esto, y mucho más, me desentiendo totalmente de estos patéticos sindicatos.
¡¡¡COMISIONES Y UGT, AMIGAS DE LA CEOE!!!

domingo, 8 de enero de 2012

UNA ENCRUCIJADA SITÉMICA

UNA ENCRUCIJADA SISTÉMICA
Analizando, sin necesidad de mucha profundidad; el pasado, el presente y, a partir de ellos, el futuro del sistema económico en que vivimos, he llegado a la conclusión de que este sistema capitalista es destructivo; si, destructivo en tres aspectos distintos pero relacionados.
Primero, destructivo económicamente hablando. Y es que este es un sistema que se nutre de las desigualdades económicas, entre las personas y entre los países. Este es un sistema que mientras permite una cierta comodidad (más para uno que para otros) en los llamados países desarrollados, empuja a otros países a la pobreza y la esclavitud. Esto se observa claramente analizando el panorama actual: el sistema económico capitalista actual está basado en el consumismo, si la gente de a pie no consume el sistema se colapsa y no funciona. Ahora bien, ¿quiénes son los que están invitados a consumir? Esta claro, los habitantes de los países “desarrollados”. Por tanto, -piensan los mercaderes- si conseguimos, mediante el bombardeo publicitario y el control de los medios de comunicación, que la mayor parte de la población de estos países consuma compulsivamente, nosotros obtendremos unos beneficios enormes. Todo esto lo pusieron en práctica las grandes empresas hace ya unas décadas. Pero claro, la avaricia del sistema es infinita, y los mercaderes no tardaron en volver a cavilar, con el objetivo, claro está, de maximizar aún más sus enormes beneficios. No tardaron en llegar a la conclusión de que el siguiente paso era trasladar sus industrias a aquellos países donde los trabajadores no estaban laboralmente protegidos y donde podían explotarlos sin remilgos, minimizando así los costes laborales al máximo. Además, para mantener esta situación de desprotección de los trabajadores en estos países subdesarrollados, no van a dudar en apoyar a dictaduras si es necesario. Por si esto fuera poco este sistema también ha demostrado ser económicamente deficiente al entrar periódicamente en crisis, suponiendo cada una de estas crisis (en los países desarrollados, pues en los subdesarrollados las cosas no cambian haya o no haya crisis) recortes y tijeretazos en los derechos de los trabajadores y los ciudadanos. De hecho hemos llegado ha un ritmo en el que el lapso de prosperidad económica, entre crisis y crisis, no llega ni tan siquiera a los quince años. Esto es algo insólito y desde luego totalmente insostenible, teniendo en cuenta que los periodos de crisis pueden sobrepasar, sin demasiados problemas, el lustro. Con este ritmo una persona que llegase a los ochenta años podría vivir, a lo largo de su vida, hasta cuatro periodos de crisis sin ningún problema y, siendo optimistas. En definitiva el sistema es económicamente deficiente.
En segundo lugar, el sistema es destructivo humanamente hablando pues ataca directamente a la solidaridad entre las persona y a los derecho elementales de millones de personas. Es un sistema que como fruto de su neocolonialismo mediante el cual, como ya dije anteriormente, las grandes empresas optaron por trasladar sus industrias a los países subdesarrollados para aprovecharse así, por ejemplo, de la falta de protección que en estos países sufren los trabajadores o de la mayor disponibilidad de materias primas; arrastra a la mayor parte de la población de estos países , victimas del imperialismo, a la esclavitud y a la pobreza, a trabajar en condiciones pésimas, dando lugar a lacras como el empleo infantil y cometiendo desfalcos contra el medio ambiente. Todo ello aprovechando los marcos políticos existentes en muchos de estos países, gobernados por tiranos amigos de las potencias imperialistas, como eran, por ejemplo, Mubarak o Ben Alí. Si algún movimiento popular verdaderamente revolucionario intenta derrocar a alguno de estos tiranos, las potencias de turno no dudan en apoyar, aunque sea en contra de la soberanía popular mayoritaria de estos países, en apoyar a los defensores de la tiranía con el fin de mantener sus intereses económicos en la zona. Les da igual si esta actitud desencadena una guerra civil en la que miles de personas sean masacradas. No les importa mientras sus intereses permanezcan intactos. En definitiva queda claro que el sistema es humanamente destructivo ya que propicia dictaduras, guerras,miserias, hambrunas, esclavitud...
En tercer lugar el sistema es ecológicamente destructivo. Este capitalismo voraz, al estar basado en el consumismo desproporcionado de las personas,es el mayor enemigo del medio ambiente. Este consumo compulsivo le está saliendo muy caro al planeta y es que todos los productos que nosotros consumimos proceden, obviamente, de la naturaleza, que (también obviamente) no es una fuente inagotable de recursos. Sin embargo, estamos sometiendo al medio a un expolio brutal con el fin de cubrir nuestras necesidades, la mayoría de las cuales son, por otra parte, totalmente ficticias y creadas por el sistema que se aprovecha de las mismas para obtener los beneficios pertinentes. Este saqueo de los recursos del planeta no será, ni es, gratuito. De hecho ya lo estamos pagando y lo seguiremos pagando en el futuro: sequías, desertizaciones, malas cosechas, crisis alimentarias, hambrunas, extinción de animales, mayor contaminación, problemas de salud derivados de la polución...
Identificados los tres aspectos destructivos fundamentales del sistema podemos llegar a la conclusión de que esta sistema lleva la destrucción en su ADN, ya que, o bien se sigue desarrollando, destruyendo entonces todo lo que nos rodea y por ende a nosotros mismos; o bien optamos nosotros por destruirlo a él creando un sistema alternativo basado en la solidaridad entre los pueblos y cuyo principal objetivo no sea la obtención de la mayor rentabilidad sino cubrir las necesidades básicas (a mi juicio sanidad, educación, trabajo y vivienda, todo ello de calidad) de todos y cada uno de los habitantes del planeta, sin distinciones de ningún tipo. La aplicación de este sistema conllevaría una distribución solidaria de los recursos del planeta. Es decir, para que todas las personas del planeta pudiéramos vivir una vida de calidad con las necesidades básicas cubiertas; los que ahora vivimos con más comodidades tendríamos que renunciar a muchos privilegios para que aquellos que en la actualidad viven en la miseria puedan gozar en el futuro de una vida mejor. Yo estoy dispuesto a hacerlo, estoy dispuesto a ser solidario, pero la cuestión es,¿cuántas personas están dispuestas a renunciar a esta vida materialista plagada de lujos a la que nos ha empujado el capitalismo?, ¿cuántas están dispuestas a deshacerse de su egoísmo y ser solidarios? Ya se verá. Este reparto de los recursos nos empujará hacia una cierta austeridad material a la hora de vivir. Esta austeridad vital sería, además, el desarrollo sostenible que el planeta tanto necesita. Por tanto el cambio de sistema también acabaría, en gran medida, con los problemas ambientales. A este sistema del que hablo no habría que crearlo pues ya está inventado y de hecho ya se ha llevado a cabo. Los resultados están a la vista de todo aquel que se halla interesado de VERDAD por conocerlos. Estoy convencido de que sabéis a que sistema me refiero.
Si optamos por no destruir el sistema, lo cual yo me permito dudar, no creo que la situación aguante mucho más debido a la insostenibilidad propia del sistema. Aún así yo creo que finalmente la mayoría de las personas que habitamos el planeta optaremos por acabar con él y destruirlo pues la situación es insostenible:¿cuánto puede soportar una parte del mundo la miseria mientras la otra vive entre algodones?, ¿cuánto puede soportar una economía que sufre constantemente enormes crisis?, ¿cuánto pueden aguantar los pueblos, reprimidos por el sistema, si rechistar? Y ¿cuánto tardarán estos en rebelarse?, ¿cuánto podrá resistir el planeta el acoso ambiental al que está siendo sometido?. No crea que esta situación soporte mucho tiempo sin que comiencen las revueltas en una y otra parte del mundo. Sin duda se está gestando una gran revolución a escala mundial que sacudirá los cimientos de este sistema. Quizás me este dejando arrastrar por el optimismo y está pecando de ingenuo, no lo sé, pero por ahora me voy a permitir seguir soñando. Y es que desde luego no creo que la humanidad sea tan tonta como para quedarse quiete, sin inmutarse, ante la realidad que se descubre ante nosotros, firmando su sentencia y dejando que el sistema nos arrastre al abismo de la destrucción junto a él. Me permitiré confiar en la capacidad revolucionaria de cada una de las personas de este mundo.
Dicho todo esto llegamos a la conclusión de que más pronto que tarde tendremos que elegir entre la destrucción del sistema o nuestra propia destrucción a manos de dicho sistema. Nos encontramos pues ante una encrucijada, pero no ante una encrucijada cualquiera sino ante una encrucijada sistémica, pues este momento en el que sería a nosotros, al pueblo, a los que nos tocaría decidir sobre el destino del sistema llevaba fijado ya mucho tiempo. Este momento se fijó en el mismo instante en que se cimentaron las bases de este sistema económico.
Ahora a llegado el momento de elegir y, como siempre, nuestro destino está en nuestras manos. Demostremos que somo dueños de nuestro destino.
 José Ángel Gordillo González