DE NUEVO PAN Y CIRCO

 

DE NUEVO PAN Y CIRCO

A todas aquellas personas que alguna vez se hallan interesado por estudiar el antiguo Imperio Romano se les habrá por la cabeza, casi con toda seguridad, la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que un imperio como este, que para conquistar nuevos territorios no dudaba en recurrir a la represión e incluso a la masacre, acabase asentándose, del modo en que lo hizo, en aquellos territorios que ocupaba llegando incluso a ser idolatrado por aquellos pueblos a los que en su momento oprimió? La respuesta se encuentra en una palabra: romanización. Este término se refiere a la asimilación progresiva, por parte de los pueblos controlados, de las formas culturales romanas. Con este proceso se conseguía que una vez que los indígenas hubiesen adoptado todas y cada una de los modos de vida romanos fuera impensable cualquier tipo de sublevación, ya que de hecho estos indígenas se habían convertido en nuevos romanos.

¿Cómo consiguieron expandir sus modelos? Muy sencillo. Construyeron ciudades al estilo romano, plagadas de comodidades de las cuales solo podían disfrutar las auténticos ciudadanos romanos. Si ser romano significaba vivir con aquellas comodidades, ¿quién no iba a querer ser romano? Para expandir sus modelos también emplearon el arte, llevando a cabo, por ejemplo, construcciones arquitectónicas colosales capaces de robar el aliento. Si los romanos eran capaces de construir aquellas estructuras mastodónticas, ¿cómo iba a ser posible una sublevación contra ellos? Lo más rápido y sencillo para los pueblos oprimidos era aceptar el nuevo orden imperial y acatarlo sin rechistar.

Y una vez conseguida esta sumisión del pueblo, ¿cómo mantenerla?,¿cuál era el siguiente paso que el imperio tenía que dar para evitar cualquier tipo de sublevación? De nuevo una respuesta sencilla: “Pan y circo”

Era necesario evitar las hambrunas entre la población y garantizar para todos un nivel mínimo de vida, aunque existiesen diferencias entre unas clases y otras. Era necesario, por tanto, que la economía funcionase perfectamente para proporcionar toda una serie de comodidades a los ciudadanos romanos. Esta parte constituía el pan.

Por otra parte, quizás más importante que la anterior por su poder para abstraer a las personas de la realidad, se encontraba el circo. Es importante mencionar la gran ociosidad de la que disfrutaban los ciudadanos romanos ya que, por ejemplo, muchos vivían de subsidios del Estado o casi la mitad de los días del año eran festivos. Era, pues, muy importante para el imperio mantener a toda esta masa de población, tan ociosa, entretenida lo máximo posible y por tanto alejada de la realidad y sus imperfecciones. Para ello se creo toda una red de establecimientos en los que los ciudadanos podían pasar su tiempo libre: los teatros, donde se representaban las obras; los anfiteatros, donde se llevaban a cabo las ejecuciones, las luchas de gladiadores o las naumaquias; o los circos (actuales hipódromos) donde se celebraban las carreras de cuádrigas.

Quizás aún no sepáis a donde quiero llegar con esto o quizás si. Quizás algunos ya supieseis lo que he explicado e incluso puede que queráis hacer alguna corrección. Quizás algunos penséis que me he andado excesivamente por las remas. Bien, no os preocupéis porque ya me dispongo a abordar el tema que quiero tratar en este texto y espero que comprendáis porque me retrotraía a la época del Imperio Romano.

Y es que para mí está muy claro que, hoy día,el capitalismo ha hecho suyo ese viejo eslogan romano de “Pan y circo” o al menos una parte de él. Y digo una parte porque el poder del circo es tan fuerte hoy día que el pan ya no tiene importancia (más adelante matizaré esto), ¿o no es el pan lo que nos están quitando cada día? Esta claro que sí. Aumento del paro, miles de desahucios, reducciones salariales, aumento desproporcionado de los precios, aumento de los impuestos a los que menos tienen, aumento de la jornada laboral sin reajuste salarial, reformas laborales que empeoran las condiciones de trabajo, trabajos precarios,aumento de la edad de jubilación así como del tiempo de cotización y un largo etcétera; suma y sigue. Sin embargo,las calles no arden, las calles un bullen ni rebosan de personas, son pocas las personas conscientes de todo lo que está pasando delante de sus narices y menos aún las que se indignan por ello, las que se desgañitan ante las injusticias del sistema.

¿Cómo es esto posible? La respuesta es el circo. A aquellos que controlan el sistema les interesa que halla circo, donde y como sea no importa mientras lo halla. Les interesa mantener a la gente entretenida y lejos de la caótica realidad que se está desatando fruto del sistema. Y la verdad es que lo están consiguiendo. Es increíble el poder de sugestión que posee este circo, capaz de abstraer totalmente a la gente a pesar de panorama que se presenta ante nosotros. Es increíble como mucha gente prefiere quedarse en casa viendo un programa del corazón o un partido de fútbol en vez de salir a la calle a manifestarse aunque tan solo sea por solidaridad con los que peor lo están pasando. Es terrible esta lacra de la indiferencia.

A pesar de todo,esta lacra social no se va a solucionar porque no interesa que se soluciones. A los banquero, a los mercaderes y a los políticos que les sirven no les interesa que se solucione, no les interesa que las personas apaguen sus “cajas tontas”, salgan de sus casas (convertidas en prisiones) y bajen a las calles a luchar por lo que les pertenece.

¿Pero de verdad tiene tanto poder el circo? Mi opinión es que no y es que, matizando lo que dije anteriormente, no nos están quitando el pan porque para nosotros el pan ya no son cosas tales como el trabajo de calidad, las pensiones, la educación o la sanidad. Los capataces del sistema, mediante el bombardeo publicitario al que nos someten constantemente a través de sus medios de comunicación, han conseguido transmutar, transformar nuestro pan en favor de sus intereses. El pan ya no son los derecho elementales sino que ahora nuestro pan es el pilar fundamental del capitalismo actual: el consumismo. Los mercaderes han conseguido con su mensaje publicitario mediático que la mayoría de las personas sienta el consumir como una necesidad casi vital. De este modo ellos, los mercaderes, con sus mejores intenciones y sin ánimo de lucro -por supuesto- disponen a nuestro alcance toa una serie de establecimientos donde nosotros podamos saciar nuestro apetito consumista y, a la vez, ayudemos a gente como Amancio Ortega a llegar a fin de mes ...... con un milloncejo más en sus bolsillos.

Saben que mientras no nos quiten el circo y esta pan tan particular y bien planificado, no tendrán problemas, no habrá revueltas, no habrá huelgas...

Desde mi punto de vista si la gente estuviese más informada y más educada sería más crítica y analítica con la realidad circundante y se interesaría por algo más que por la boda de algún famoso, el último fichaje de algún equipo o por adquirir los último complementos de moda. Este mayor desarrollo de las capacidades crítica y analítica se traduciría una mayor implicación de las personas en la realidad. Por esto quizás no interese dar a la gente una educación de calidad o si interese controlar los medios de comunicación.

Sin embargo hasta que la gente no se de cuenta de lo que realmente está pasando y de como le va a afectar en su vida cotidiana, hasta que la gente no se de cuanta de que está viendo la realidad edulcorada a través de un velo, hasta que la gente no se de cuenta de que está viviendo atrapada dentro de un limbo mental, hasta que esto no ocurra y la gente se rebele contra lo establecido apartando ese velo edulcorador destapando ante sí la verdadera realidad y liberándose de su prisión mental; hasta que ese momento no llegue no habrá nada que hacer tan solo intentar, aquellos que estén libres de los grilletes del sistema, despertar a los demás de su sopor. Como siempre está en nuestras manos, ahora bien, ¿son realmente nuestras las manos o también pertenecen al sistema?

José Ángel Gordillo González